sábado, 4 de julio de 2009

Identidad difusa, Falta de Seguridad

Dentro de nuestra vida cotidiana como jóvenes siempre, estamos tomando elecciones, ya sea elegir la ropa que nos pondremos el día de mañana, el peinado que llevaremos, que comeremos hoy, que actividades haremos, etc. Todas estas elecciones parecen ser muy fáciles, pero, ¿Qué es lo que pasa cuando elegimos nuestra sexualidad? ¿Cuándo buscamos ese otro que pueda complementarnos? La realidad es que esa elección, es mucho más difícil que escoger los jeans que me pondré mañana, porque involucra a nuestros sentimientos, sentimientos que muchas veces nos guían a elecciones difíciles de comprender hasta para nosotros mismos.
La pregunta es ¿Qué nos guía a escoger? muchas veces por definir nuestra propia personalidad, por demostrarle a los demás quienes somos, entramos en una lógica de hacer lo que sea por ser reconocidos, de esta manera, buscamos a esa compañera, que le gusta a todos, solo para demostrar mas “hombría” concepto clave para la mayoría de los hombres que buscan en estas relaciones solo demostrar ser. También de este modo podemos caer en un lógica de no hacer lo que queremos, lo que nuestro corazón de verdad quiere, sino que, guiarnos por lo que nos dicen los demás, por ejemplo cuando algún compañero me dice que bese a tal compañera, por que eso me hará hombre, porque eso demostrara mi actitud de macho, ¿Es valido para mi hacerlo? ¿Realmente me gusta esa chica o solo quiero demostrar ser ante los demás?

De esta forma algo que nos caracteriza como juventud es una Identidad difusa, ya que no estamos seguros de quienes somos, aun no nos definimos como seres , estamos llenos de dudas de quienes somos y que es lo que realmente queremos ,nos falta estar seguros de cuales son los objetivos que buscamos y principalmente definir correctamente nuestro ser.



De esta forma encontramos una inseguridad, en todo lo que hacemos. Somos seres que estamos llenos de miedo, llenos de una inseguridad latente de nosotros y muchas veces faltos de cariño.

Recuerdo una frase de alguien, del que en este momento no recuerdo el nombre
“El que se sabe querido tiene mas seguridad, porque sabe que alguien lo quiere y de ahí viene esa seguridad”, algo que caracteriza a los jóvenes es su falta de seguridad, es por esto que muchas veces nos cuesta tanto definirnos ya sea como heterosexuales o homosexuales , porque ni siquiera nosotros estamos seguro de lo que queremos .

Lo único que necesitamos los jóvenes para saber quien somos es seguridad ,no importa si somos homosexuales , o heterosexuales , mientras estemos seguros de quienes somos la sexualidad no importa.

En búsqueda de la Felicidad


Tarde de domingo, momento ideal para salir, mi mamá propone ir al “mall”, nos espera una larga caminata por las interminables vitrinas que ofrecen un montón de productos: ropa del más fino material; zapatillas de las mejores marcas; juguetes con colores exóticos, etc. Ya en el “mall” agobiado por tal cantidad de personas, y cansado de ver los mismos objetos que sé que no podré comprar, veo a un pequeño fuera del mall jugando con su padre .El niño disfruta el padre le hace muecas, lo toma en brazos y lo abraza .El niño parece estar feliz, a pesar de no tener ningún juguete, ninguna polera de marca exclusiva, el solo contacto con su padre le provoca este estado. Me pregunto que habría pensado Moulian en mi lugar al ver tanta alegría del muchacho; seguramente ratificaría su tesis acerca del consumo, de que podemos ser felices sin tener el último modelo de celular, sin comprar ese súper televisor para ver la decadente televisión nacional, y que el ser feliz no esta relacionado con la posesión material.

Savater advierte en su libro lo letal que puede ser la cosificación. En un breve relato de “Ciudadano Kane”. Kane es un multimillonario que acumula durante todas su vida los mas exóticos y hermosos objetos, usando a las personas como meros instrumentos, al final de su vida se pasea absolutamente solo por su mansión, finalmente un día muere diciendo como última palabra Rosebeud, Finalmente es revelado que “Rosebeud” es el nombre tallado en el trineo con el que Kane jugaba cuando era un niño. Este objeto simboliza para él su recuerdo de la buena vida que llevaba cuando era niño, las dulces relaciones humanas que tenía. (Ética para Amador página 80). Savater nos demuestra con esta simple anécdota que cuando nos enfocamos en lo material perdemos de vista lo más importante de nuestra vida, la felicidad.

Es así como esta “cultura del consumo” se ha hecho parte de la vida de muchos. Un ejemplo: Muchas veces vemos a los padres de un niño comprar decenas y decenas de juguetes para su hijo, yo me hago la pregunta ¿Lo necesita ese niño? ¿De verdad jugará con cada uno de ellos? Muchos padres creen que con que los niños tengan sus objetos serán felices, pero de que le sirve tener “montañas de juguetes “si no tiene con quien jugar, sino tienen un padre con el que compartir, un amigo con quien hablar Los juguetes obviamente son importantes para el niño, pero el amor y el cariño que pude darle un padre es algo que no se compra con una tarjeta de crédito o que se paga a cuotas con préstamos. Posteriormente estos niños crecen, con gran parte de su infancia recordando al padre o madre ausente y manteniendo los juguetes, jugando la mayoría de las veces solo. A medida que se van haciendo mayores ya no son los autitos o las muñecas los que los divierten. Los intereses cambian, ahora lo que les gusta es tener ropa de acuerdo a su estilo, tener los celulares último modelo, manejar su propio auto en algunas ocasiones. Pero este “demostrar ser “solo nos pone mas evidencia la ausencia de los padres, ya que, al sentir solos buscan en el aparentar refugiarse de la falta de afecto. Mostrándole a los demás que no les importa.


Muchas veces los centros comerciales nos crean la ilusión, a través de la propaganda, de que necesitamos este celular para ser felices o esta lavadora que me resolverá los problemas; en pocas palabras nos engañan mostrándonos una felicidad en el tener ¿Será esta felicidad permanente o solo es efímera? Me parece que la mejor opción es la segunda. Y es así como me planteo buscar la verdadera felicidad, para mí el verdadero placer no esta en acumular, sino en disfrutar. Puedo asegurar que un niño que tiene pocos juguetes, pero que tiene el cariño de sus padres encontrará la felicidad, no así el niño que tenga montones de juguetes, pero nadie con quien jugar. También puedo afirmar que el hombre ya mayor, que gozo de una buena relación familiar encontrara la verdadera felicidad y no un intento de ella que se traduzca en una tenencia de objetos inútiles.


Como dice Fernando de Savater a su hijo: “Haz lo que quieras “(...) Pero una cosa es “hagas lo que quieras” y otra bien distinta es que hagas lo primero que te venga en gana”. Eso debería ser nuestra filosofía, sin preocuparnos por quien tiene más. Simplemente debemos vivir nuestra vida buscando la felicidad, pero no una falsa felicidad, que se base en los bienes materiales sino que una felicidad real, donde podamos compartir con nuestros seres queridos. Tampoco se trata de no comprar nada de no consumir, para nada, sino de darle valor a lo importante. No se puede vivir sin consumir, pero la clave pienso está en que está no se transforme en el sentidode tu vida. Es decir que el “consumo no te consuma”.